Os cuento las sensaciones que me transmite mi One Sixty convertida en mullet. Cómo se comporta en los distintos terrenos, qué ha mejorado, qué ha empeorado, etc.
Seguimos con la serie Conversión de 27,5″ a mullet y ahora que he hecho muchos kilómetros y rodado por todo tipo de terrenos os puedo contar mis sensaciones.
Ya os he contado que he convertido mi Merida One Sixty en mullet en el artículo Conversión a mullet de Merida One Sixty: el cambio. En él vimos todos los detalles sobre el cambio realizado. Pero en esa misma entrada no os hablé sobre el comportamiento tras la conversión, y es que no he querido precipitarme en las conclusiones, pues a medida rodaba con la bici he ido haciendo pequeños ajustes con los que cada vez me he sentido más cómodo y seguro (y no, esto no es un anuncio de compresas).
Sensaciones generales
La primera vez que montas en la bici el cambio es enorme, acostumbrado a la 27,5″ ver la rueda de 29 «impresiona». Como me dijo el maestro Serini cuando la probó: «parece un tractor». Y es que a pesar de que en mi Orbea Occam monto una 29″, el hecho de estar acostumbrado a una rueda de 27,5″ en esta bici y cambiarla por una 29″ se nota muchísimo.
Postura de conducción
Es un hecho que el manillar está un poco más elevado y los ángulos de dirección y sillín un poco más abiertos, sin embargo yo no he percibido el cambio en absoluto. Tan solo veo una rueda más gran delante de mi, pero mi postura se siente exactamente igual que antes del cambio.
Rueda de 29″
La rueda de 29 se nota y mucho, y es que en trialeras, zonas técnicas o zonas con muchas piedras relativamente pequeñas la rueda simplemente pasa mejor. Y aquí no estoy descubriendo nada, pues es básicamente una de las ventajas de una rueda de 29 pulgadas.
También tengo la sensación de haber ganado aplomo en curva, en parte por la rueda de 29 y en parte por el cambio de horquilla a un recorrido menor.
Horquilla
Otro modificación muy evidente es el cambio de horquilla. Recordad que montaba una Rockshox Yari de 27,5″ con 170mm. de recorrido, y que la he sustituido por una Marzocchi Bomber Z1 de 29″ con 150 mm. de recorrido.
Las dos horquillas son de gama media, ambas con regulación de rebote y compresión en alta, pero el comportamiento de ambas es muy distinto. Mi sensación es que la Marzocchi es mucho más progresiva, es decir, traga mejor en la primera parte del recorrido, me da mucho más soporte en el rango intermedio y se vuelve tan dura como la Yari al final del recorrido.
Sin embargo existe un detalle que todavía no he conseguido corregir, y es que si bien el rebote está configurado a mi gusto, en ciertas situaciones (no muchas) «rebota más fuerte» de lo habitual, y ese comportamiento impredecible es bastante molesto y en ocasiones incluso peligroso.
Un punto más para esta Marzocchi Bomber Z1 es que a la hora de pedalear la horquilla es muchísimo más firme y no hunde como la Yari, pero es muy probable que en esto tenga mucho que ver el cambio de recorrido.
Dirección
Las primeras pedaladas que di fueron subiendo por asfalto. No notaba prácticamente el cambio en la geometría pero si en la dirección, fue exactamente la misma sensación que cuando monté por primera vez en la One Sixty estando acostumbrado a montar en la Occam. Era una dirección más directa, más reactiva, más sensible a los pequeños movimientos que ocurrían en el manillar. Intuyo que es debido al cambio del ángulo de la dirección.
Relación entre el recorrido de la horquilla y el de el amortiguador
Este era un punto que me preocupaba antes de convertir la bici, y es que no es habitual encontrar bicicletas con más recorrido de amortiguador que de horquilla, y tras el cambio la One Sixty ha quedado con 150mm. de recorrido delantero y 165mm. de recorrido trasero.
La sensación que esto provoca es extraña, digamos que la horquilla es más firme que el amortiguador por tener menos recorrido, así que cuando estamos bajando sentimos como el amortiguador «está más blando» y trabaja algo más que la horquilla. La solución ha sido subir levemente la presión del amortiguador y este efecto se ha reducido. Sea como sea es algo que no me ha causado ningún inconveniente y con lo que se puede vivir sin ningún problema.
Sensaciones según el tipo de terreno
Os cuento ahora las sensaciones que me transmite la bici según el tipo de terreno, que quizás sea lo más interesante si estás planteándote convertir tu bici a mullet.
Trialeras y zonas técnicas
Este es el terreno dónde más ha mejorado el comportamiento de la bici. El tamaño de la rueda ayuda a superara mejor los obstáculos y el cambio de la horquilla hace que el comportamiento sea mejor a pesar de haber reducido el recorrido. En definitiva, esta nueva configuración hace que afronte estos tipos de terrenos con mucha más confianza.
Zonas rápidas
En las zonas rápidas he perdido algo de velocidad punta, y es que la One Sixty de serie es una bicicleta extremadamente rápida. Hablamos de zonas sin obstáculos considerables, sin grandes piedras, zonas dónde dejas correr la bici e incluso pedaleas para sacarle todo lo que tiene. Tengo la sensación de que la bici va algo menos estable, como si fuera más levantada de adelante, es probable que tenga algo que ver la altura del eje del pedalier al suelo.
Saltos y cortados
Antes de profundizar en este apartado he de decir que no hago grandes saltos ni grandes cortado, pongamos 1 metro como límite de altura. Este es un apartado dónde el recorrido de las suspensiones es clave, así que lógicamente la bici ha dado un paso atrás. No obstante, para el uso que le doy a la bici no noto ninguna falta de compromiso con esta reducción de recorrido, cierto es que antes los aterrizajes eran más amortiguados, pero no hay ningún salto con el que antes me atreviese y ahora no.
Subidas
La One Sixty nunca ha sido una gran escaladora, quizás porque la comparo con mi Orbea Occam (comparativa poco justa, todo sea dicho), y tras la conversión a mullet este aspecto no ha variado mucho. En las subidas por asfalto no noto ninguna diferencia. En las subidas por tierra tampoco, aunque me queda la duda de si en los tramos más inclinados y más técnicos tiende a levantar más la rueda delantera que antes. Mi sensación es que si se levanta un poco más, pero no puedo confirmarlo porque nunca lo «medí» antes de realizar el cambio.
Resumen y tu opinión
He intentado transmitiros de la forma más sincera posible las sensaciones de mi nueva mullet. No obstante, a medida que leo lo que escribo parece que el cambio ha sido negativo, y nada más lejos de la realidad, para mi ha sido un cambio muy positivo. Con la configuración 27,5″ no me sentía nada cómodo en trialeras y zonas técnicas y esta nueva configuración ha solucionado en parte ese problema. Y a pesar de que en otros terrenos como en las zonas rápidas o en los saltos y cortados he perdido un poco, las zonas por dónde ruedo están llenas de pedroleo, así que me compensa mucho.
Y como siempre agradecemos tu opinión, ¿estás pensando en convertir tu bici a mullet?, ¿ya la has convertido a mullet? o ¿eres de los que creen que las mullet son solo marketing? Déjanos tus opiniones y dudas en los comentarios.
buenisimo articulo, estoy pensando en hacerlo con mi capra YT que recorre 180mm parejo, pretendo bajar a una horquilla de 160mm.
Hola de nuevo Cristian,
a mi quizás lo que menos me gustó de todo el cambio, fue sentir que atrás la bici tenía algo más de recorrido que adelante. Nunca me causó problemas para manejarla, pero era un poco raro.
Suerte con ese cambio, yo si tuviese una 27,5 lo volvería a hacer.
Un saludo.
Genial artículo,acabo de comprar una commencal supreme original de 26 pero pasada a 27.5 por el flipchip ,que trae una boxxer antigua de doble pletina de 200.
Mi idea es montarle una yari de 180 y rueda 29 después de echar cuentas parecidas a las tuyas 🤣. Lo único que todavía tengo claro es el tema de rodamientos de dirección y paso de 1 1/8 a 1.5
Gracias por tu articulo